Se les cae la cara de vergüenza. Una popular cadena de supermercados estadounidense ha perdido diez millones de dólares porque no comprobó la autenticidad de los mensajes que decían provenir de los proveedores. Supervalu fue víctima de uno de los fraudes más comunes en Internet. Recibieron correos electrónicos que provenían “supuestamente” de sus proveedores y la compañía ingresó el dinero que les debía en las ...
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